martes, 26 de marzo de 2019

Mis consejos para los nuevos lectores.

En los años que llevo leyendo cartas, he pasado por muchas etapas. Pasé por esa etapa maldita en la que creí que había encontrado La Verdad Absoluta, sí contertulios, no me enorgullezco de ello; pasé por otras en las que fui escéptica y renegué de todo; también etapas de profundo misticismo o de rituales extremos. Pasé por muchas religiones buscando respuestas. Y también hubo años en los que dejé de leer, apática y desesperanzada.
Me doy cuenta mirando hacia atrás, de que buscando hacerlo bien, o por lo menos no hacerlo mal, cometí errores que me limitaron y perjudicaron mi avance. Así que, quise confesar en este post las cosas de las que más me arrepiento, pero las puse en forma de consejos, que espero que a más de uno le puedan venir bien. Obviamente esto está escrito desde mi óptica personal, no pretendo dar cátedra de nada, pero ¡cuánto hubiera deseado yo que alguien me dijera estas cosas en ese entonces!

Primer consejo: No creas todo lo que dicen.
Es muy común ver a los lectores que comienzan, muy abrumados por la cantidad de indicaciones que reciben y los riesgos que corren si no lo hacen: que si no usas tal piedra te vas a pegar energías, que si no prendes una vela tu tercer ojo se va a cerrar, que si no trazas un círculo te va a entrar algún espíritu, que si lees el tarot en un lugar vas a abrir un portal a otra dimensión y muchísimas más.
Todas esas creencias son válidas, pero se basan en una creencia que quizá no es la tuya. Antes de definir qué rituales vas a usar en tu práctica, pregúntate qué es lo que tú crees. No sacas nada con prenderle una vela a San Pancracio si no eres Católic@, o usar un talismán kabalístico si nunca estudiaste kabalah. Define con qué sistema filosófico tienes afinidad y sigue sus costumbres y rituales. De esa manera sabrás qué significa cada cosa que haces y tus acciones tendrán esa energía.

Segundo consejo: Evita poner demasiado poder en las cartas. 
El tarot es un sistema de símbolos, y como tal tienen un significado que puede ser muy profundo y sagrado. También puede ser parte de una práctica religiosa, de un culto a alguna forma de divinidad. Pero, no podemos nunca olvidar que el respeto que tenemos lo tenemos por la fuerza, la energía que se revela a través de los símbolos y no debemos sobrevalorar su dimensión física. Un mazo comprado a una editorial y un mazo impreso en tu casa son sólo diferentes físicamente, pero en su simbolismo son igualmente valiosos.

Tercer consejo: Ten cuidado de no clasificar las cartas en categorías inflexibles.
En lo que se refiere a interpretación, debemos mantener nuestra mente abierta. La cantidad de situaciones diferentes que se pueden dar en la vida es infinita, por lo que mientras más abierta sea la manera en la que interpretas, vas a poder visualizar mayor cantidad de situaciones. Por ejemplo, si determinas que sólo las copas hablan de sentimientos, si no te salen copas en una lectura en la que te preguntan qué siente una persona, corres el riesgo de quedarte sin saber qué decir. O si clasificas unas cartas como buenas y otras como malas, esa idea puede poner un sesgo positivo o negativo sobre tu lectura.

Cuarto consejo: No pienses que el Tarot sólo sirve para un fin, o que existe una única forma correcta de usarlo.
Hay muchas formas de utilizar el Tarot. Hay personas que lo usan para proyectar su inconsciente, otras personas lo usan para desatar su imaginación, otros lo usan para la magia o para la adivinación, o incluso para el arte. Es una herramienta versátil, que se adapta a cada lector para dar lo mejor de sí, y ninguna técnica es "mejor" que la otra, porque apuntan a cosas distintas y suplen diferentes necesidades. Respeta todas las formas de usar el mazo mientras sean realizadas con ética y buena voluntad, cada persona tiene una experiencia valiosa de la que puedes aprender algo.

Quinto consejo: Evita limitar el significado de los símbolos.
Quién inventó el Tarot, el primero, es incierto. Sabemos que la idea comenzó en Italia en el renacimiento, pero no podemos atribuírselo a nadie en particular, y es más, la idea original fue evolucionando, creando en ese proceso una gran cantidad de mazos entre los siglos XV y XVIII. Digo esto porque es común escuchar a los nuevos entusiastas discutir porque un símbolo "es", tal o cual cosa, como si ya estuviera determinado y fuera inamovible. Esto es, irónicamente, más común entre los amantes del Tarot de Marsella. 
Una característica muy importante de los símbolos es que su función es representar realidades arquetípicas, ideales o emociones, y cómo se interpretan y se viven varía según tiempo y lugar. Está muy bien tomar esos símbolos y darles nuevas interpretaciones según distintas miradas, pero no por eso vamos a desestimar las interpretaciones anteriores, como si tuviéramos la única verdad posible. Es mejor mantener la mente abierta.

Sexto consejo: No te vuelvas fanático de ningún autor.
Cuando empezamos solemos caer en el error de volvernos demasiado entusiastas con las interpretaciones del autor que nos ha llevado a enamorarnos del tarot. Muchos de ellos incluso presentan su trabajo como La Verdad, incluso más, algunos afirman que han "descubierto" o "restaurado" los verdaderos símbolos, en los que todos los demás se han equivocado. 
Que compartamos o resuenen dentro de nosotros las interpretaciones de un autor y no de otro es algo natural, y está muy bien tomar aquello que nos acomoda y dejar lo que no. Todos los autores ponen a nuestra disposición su experiencia, y nosotros decidimos que es lo mejor para nosotros, pero fanatizarnos con uno nos pone en el riesgo de volvernos unos meros repetidores de las experiencias de otro, restándonos identidad como intérpretes.

Como dice mi youtuber favorita "Compartir es vivir". Espero que mi experiencia sea beneficiosa para ustedes y ¡Bienvenidos al estudio del Tarot!