lunes, 30 de marzo de 2020

La mejor forma de aprender el Tarot, primera parte.

Me entusiasma mucho la cantidad de nuevos lectores e interesados en el tarot que aparece cada día. Sinceramente, ya lo he dicho en más de alguna ocasión, si de mí dependiera el Tarot se enseñaría en las escuelas, junto con filosofía y psicología. Sin embargo, no deja de inquietarme la facilidad con la que las personas quieren tenerlo todo ahora, ya, a cambio de nada.

Uno no va el primer día que entra a estudiar medicina y le dice al profesor: "ya, dame un cuerpo que quiero operar". Uno se forma teóricamente, aprende las técnicas que otros antes que él desarrollaron con éxito y cuando esa información ya está correctamente integrada, practica, primero con asistencia y luego ya de forma independiente. Es cierto que en una lectura de Tarot no arriesgamos la vida de nadie y quizá el ejemplo es exagerado, pero representa bien lo que quiero decir.

Yo soy la primera cuando de apoyar la individualidad se trata. He defendido y me he ganado insultos de todas clases por contradecir cuando otros colegas experimentados decretan que se debe hacer algo de una manera fija. Pero hago eso no con el fin de que las personas nuevas crean que basta con agarrar el mazo y ya, sino con el fin de que tengan la libertad de buscarse a sí mismas y a su propia manera de aprender y practicar, que no queden atrapadas en rituales, en supersticiones y miedos ajenos. Aprender el Tarot requiere un proceso y ese proceso requiere disciplina y tiempo.

Igual que para leer no basta con aprender como se escriben las letras y como suenan, para interpretar el Tarot tampoco basta con saber los significados y saber esquemas de tiradas.  Aprender a interpretar implica recorrer etapas, las mismas que un niño recorre cuando aprende a leer. Es un proceso en el que muchas veces más adivinamos que razonamos, memorizando palabras clave y combinaciones. Vemos una torre y un diablo y entendemos que es algo malo, como cuando un niño ve una lata y le dice a su madre "guisantes", pero no porque sepa leer lo que la lata dice, sino porque ha asociado las imágenes de los guisantes con la imagen de la palabra en una lata anterior y lo memorizó. El proceso de asociar letras con su sonido para formar palabras se llama "decodificar". Nosotros en el Tarot aprendemos a decodificar cuando identificamos cada carta y sabemos asociarla a un significado, y entonces podemos explicar racionalmente por qué la torre con el diablo la veíamos como algo malo. 

Ese proceso es fundamental, pero decodificar no es interpretar. Un niño puede repetir una palabra porque sabe como suenan las letras, sin ser capaz de identificar la palabra ni su significado, y puede así leer una oración completa sin comprender en absoluto la información que contiene. Así también nos sucede cuando no logramos "juntar" una carta con otra. Estamos decodificando, pero no estamos interpretando.

Entender esto te ayudará a elegir un método adecuado para aprender lo que realmente necesitas aprender:
-Nivel 1: Identificar las cartas. Empieza por tomar tu mazo y mirarlas, para que puedas saber qué carta es cada una sin confundirte con sólo una mirada.
-Nivel 2: Si ya conoces las cartas ahora puedes empezar a asociarlas a un significado. 
-Nivel 3: Ahora que ya sabes un set de significados, entonces empieza a trabajar la interpretación.
Aprender nuevos sets de significados te dará más opciones de decodificación, pero no te ayudará a desarrollar la interpretación. La interpretación se desarrolla en la experiencia de cada significado, es lo que conocemos como comprensión lectora. Necesitas tomar todos los datos que te dan las cartas en individual y asignarles un sentido, relacionarlo con otras emociones o percepciones propias y así poder unirlas dentro de un mensaje coherente. Este proceso se realiza mediante la interiorización de los conceptos que cada carta entrega, no como palabras clave memorizadas, sino como experiencias físicas o emocionales. Por eso es que siempre sugiero:

 "Eviten ver las cartas como si fueran una lista de palabras clave". 

A mis queridas alumnas intento enseñarles las cartas como situaciones y energías en las que puedan situarse. De esa forma es mucho más sencillo interpretar, y no simplemente decodificar. Por eso es que Permite lecturas más amplias y con pocas limitaciones. También define el estilo de cada tarotista, ya que el proceso de interpretación es relativo al sujeto, habrá interpretaciones más racionales, más emocionales, más prácticas, más simples y más complejas, más optimistas y pesimistas, dependiendo de cada lector. En fin, interpretaciones más ricas.

La segunda parte de este artículo ya está disponible en este enlace.

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