viernes, 21 de febrero de 2020

Modas del pasado y futuro de las cartas del diablo.

Llevo modestos 25 años en el mundillo del tarot y la cartomancia. No son tantos ni tan pocos, no es mi afán sacar el currículum, algo que por cierto me parece odioso e innecesario, y que además, me hace parecer más vieja 😂, lo menciono como introducción para el tema del que de verdad quiero hablar: las modas. El mundo esotérico no está exento de estas tendencias que van y vienen, y en los años que yo llevo practicando, he visto pasar muchas de ellas con sus respectivos maestros incuestionables y todopoderosos.

Ahora está de moda ver al Tarot como una herramienta terapéutica. Yo sé que algunos se pueden ofender porque le llamo moda, pero comprendan, no es la primera vez que escucho que algo es cierto y que todos los que vinieron antes estaban equivocados. Empezó en 2005 aprox. cuando "la via del Tarot" de Jorodowsky se instaló como referencia de lo que era "el verdadero Tarot". No podemos culparnos, entonces el Internet no era algo a lo que todos tenían acceso como hoy, así que era lo más documentado y que sonaba más científico que teníamos. Pero Jodorowsky no lo inventó, sólo nos trajo algo que ya existía afuera y que nosotros desconocíamos. Veet Pramad también clama la autoría del Tarot terapéutico, pero a quien más se lo debemos, probablemente es a Sally Nichols. No importa quién lo inventó, en realidad, el punto es que es una interpretación reciente, más de este siglo.

Antes de eso el Tarot había sido parte de la nueva era. Una manera en la que la humanidad podía evolucionar, y, también saber el futuro un poco. El new age es así, un poco místico y un poco funcional en el mismo paquete. El objetivo era abrir nuestro tercer ojo, desarrollar nuestras capacidades psíquicas y de conectar con lo que sea que haya allá afuera. ¿Lo recuerdan? Eran los tiempos del auge de revistas pseudocientíficas que nos hablaban de la nueva glaciación (lo recuerdo literal en una revista del año 92, ojalá hubieran sabido en ese momento que ahora nos jodería el calentamiento global 😅) de 90% del cerebro que no usamos y de las ciudades ocultas en el centro de la tierra. Nuevos Tarots nacían en ese contexto, entre ellos algunos icónicos como el Madre Paz, el Osho Zen y el Cosmic Tarot, con el espíritu de rescatar la espiritualidad individual. Y vender, también.

 


Pero todavía antes de eso, el Tarot había sido un herramienta ocultista. Los que desarrollaron la mayor parte del sistema esotérico que usamos hoy practicaban Magia, Teosofía o Cabala Hermética durante los siglos XIX y XX. Para ellos el Tarot era un compendio de sabiduría oculta, tal como había dicho Eliphas Levi y antes, en el siglo XVIII, Court de Gebelin. Una sabiduría oculta ancestral, que tuvo origen, según ellos, en Egipto. Crearon también sus propias barajas, donde "completaron" la información que ya había sido dada de forma codificada. Eran Masones, Rosacruces, de la Golden Dawn, de Bota o Thelema. Ellos tenían un sistema iniciático, pero compartían una parte de la doctrina con el exterior.

No obstante incluso antes de ellos, el Tarot simplemente era un juego de cartas, un entretenimiento de las cortes. Hubo quién les daba un uso algo más profundo, construyendo poesía o canciones (Tarocchi Appropriati), usándolas como hizo Boiardo para ilustrar versos y hubo también quien intentó darles un significado espiritual para educar a un duque, como hizo Marziano da Tortona. Pero, la gran mayoría, las usaba como un juego de azar, sacando de quicio a la Iglesia que se esmeraba en lanzar prohibiciones sobre ellas y que las convirtió en las cartas del diablo.



No, no me he olvidado de la adivinación.

No podemos dejar fuera de este recuento la cartomancia, y parece ser que la curiosidad por el destino precede a las ganas de evolucionar y desarrollarse espiritualmente, ya que en el siglo XV, Ross Caldwell nos presenta ya una evidencia de su existencia, citando un poema de Fernando de la Torre (circa 1450) llamado "Juego de Naypes":
"puédense echar suertes en ellos á quién más ama cada uno, e á quién quiere más et por otras muchas et diversas maneras" Ross Caldwell, Brief History of Cartomancy. Lo obtuve de academia.edu
No pretendo hacer aquí una apología de la adivinación, sólo quiero dejar claro que es un hecho de la causa. Podemos creer en su eficacia o no, pero de que se practica, se practica, e irónicamente, desde mucho antes y paralelamente a todos los otros usos que pretenden ser el "verdadero uso". Conclusión, el juego y las suertes son los usos más antiguos de nuestros mazos de naipes y triunfos, a los que ahora llamamos Tarots.

Pero dejemos el pasado y miremos hacia el futuro ¿cuál será la siguiente tendencia? Si miramos el movimiento de los grupos internacionales angloparlantes que van algunos años adelante, podríamos pronosticar que el Tarot va hacia ser una herramienta neutral, a la que cada lector le da un carácter diferente según sus propias creencias y naturaleza. Si somos optimistas podemos pensar que se acabarán entonces los falsos restauradores de la tradición, los censuradores de la creación personal y los dueños de la verdad; seremos libres de usarlo con las etiquetas que conocemos (terapéutico, esotérico o adivinatorio) y de crear otras nuevas: religioso, mágico, místico, artístico, poético, y lo que espero sea un largo etcétera.

El cielo es el límite, contertulios.

miércoles, 5 de febrero de 2020

¡No todo tiene que tener significado!

El otro día mirando en los grupos internacionales, me topé con una conversación muy graciosa e interesante. Todo empezó porque una usuaria descubrió en su mazo, que la reina de espadas tenía dos pies derechos.


Ella quería saber qué significaba tan impresionante símbolo. Hubo muchas respuestas, algunas graciosas como "al menos es mejor que tener dos pies izquierdos" o "significa que ella sí sabe bailar", pero otras realmente ahondaron en lo que podría significar que ella tuviera dos pies derechos: Que si es porque ella siempre tendía a la acción, que si su conexión con lo masculino, que si siempre tiene razón ("right" en inglés significa tanto correcto como derecha)... hasta un punto en que alguien le preguntó al autor del mazo (Marco Proietto) qué quería decir y su respuesta fue la siguiente:

"Podría ser muy lindo explicar que es un detalle rico en simbolismo o que es un secreto oculto...
o que como en el arte clásico la anatomía de los hombres y animales fue cambiada para hacer la escena más estéticamente perfecta (...)
... pero, desafortunadamente tengo que admitir que es un simple error. (...) Estaba distraído cuando dibujé el detalle del pie en la tableta gráfica."


En mi vídeo "Tipos de Tarotistas" (si no lo viste ¡corre! haz click aquí y aprovecha de suscribirte a mi canal) aparece el concepto del lector técnico, que allí lo tomamos con humor y lo exageramos un poco, pero es una forma real de enfrentar la lectura de Tarot utilizada por muchos lectores al día de hoy, seguramente debido a que algunos autores toman como costumbre analizar cada pequeño detalle de la carta para construir su significado, y eso no está mal, claro que no, pero  hay que saber diferenciar entre lo que de verdad es un símbolo que el autor puso allí para comunicar algo, y las cosas a las que yo les puedo dar significado si quiero, pero que no son un símbolo intencional.

Los mazos antiguos, entre ellos los Tarots de Marsella (TdM) tipo I y II fabricados en el siglo XVII, eran impresos con xilografías, es decir en piezas de madera en las que se grababa el diseño para luego cubrirlo con tinta y traspasarlo al papel, con un efecto similar al de un timbre, del día de hoy.




El grabado en la madera era a mano, un trabajo lento y detallado, porque si te equivocas, no se puede borrar y arreglarlo, tienes que comenzar a grabar desde cero. En su época las cartas con este tipo de impresión eran un gran negocio, y se exportaban mazos desde Francia a toda Europa. Este nivel de "industrialización" hacía que muchas veces, cuando el grabador se equivocaba, el error simplemente se quedaba allí, ya que no era rentable tener que comenzar a grabar una plancha completa desde cero por una minucia. Así que muchos de los errores a los que hoy se les puede dar gran contenido filosófico, en realidad son simplemente errores de impresión.

Algo similar sucede con los colores. En la época se coloreaba los grabados simplemente con los colores disponibles, que en un principio eran sólo negro, azul y rojo, y luego con el pasar del tiempo se fueron agregando otros como el verde, carne o amarillo. Dado que se pintaba con la técnica del stencil o con grabado en color, y que había que producir con rapidez, el resultado no siempre era muy prolijo, pero aun así era una maravilla tecnológica de la época.

Tarot de Noblet, de 1650, considerado un proto-Marsella.
La muerte aquí sí incluye el nombre, lo que
quiere decir que se le quitó posteriormente, probablemente
por superstición.

El punto es, que cuando miramos los detalles de una carta tenemos que ser razonables y no volvernos locos. En las cartas se puede ver simbología, sí, pero también se pueden ver decisiones simplemente estéticas o comerciales, incluso.

Si te apetece darles significado igualmente está muy bien, nada ni nadie te lo impida, por favor; pero no me parece honesto disfrazar la elaboración interpretativa personal, como un descubrimiento de un significado "verdadero", cuando la realidad es más simple. El Tarot no necesita falsos misterios para sernos útil, creo yo, llámame loca.