jueves, 9 de enero de 2020

38 y medio, autenticidad y zapatos chinos con olor a petróleo.

Empecé el año muy bien, con 38,5° de temperatura en cama 🙄... creo que me pasé con el trabajo espiritual y acostarme de madrugada 😅 pero el hecho es que me dijeron muchas cosas mientras estaba enferma y pensé también muchas cosas mientras estaba enferma, que les voy a contar ahora. Me dijeron que los problemas que he tenido últimamente con la garganta se deben a que no expreso las cosas como quisiera. Más allá de que me lo crea o no, es significativo que los ejercicios que hice justo antes de enfermarme tenían que ver ambos con expresar cosas potentes: Uno, contarle a mi padre, con el que no hablo hace muchos años, por qué, desde mi perspectiva, nuestra relación murió entrada mi adolescencia. Escribí una larga carta relatando todas las experiencias que me llevaron a alejarme emocionalmente de él al punto en que acabé decidiendo que su cercanía me era tóxica. Dos, escribí una disertación sobre un tema X para el movimiento católico en el que me infiltré, lo que me hizo esforzarme mucho en encontrar las palabras que no fueran irrespetuosas ni con su fe ni con la mía. He llegado a querer a esta gente. Ambas cosas fluyeron muy bien, pero no sin filtro. Está el filtro de la redacción, el estético, el filtro de "no quiero que se me malentienda" ya que son temas delicados, el filtro de "no quiero hacer daño" porque... bueno, porque no quiero hacer daño... el punto es que me di cuenta de que son demasiados filtros. Esto me abrió un nuevo trabajo para este año: autenticidad. Este tiene una sombra bien grande, porque entonces hay siempre un riesgo de que te malentiendan y de que hagas daño. Pero no decir las cosas como las sientes tampoco está bien, porque no estás dando lo que tienes para dar, estás entregando una versión light para la cual primero haces un juicio sobre el otro que no deberías hacer, como cuando la vendedora de una tienda te ofrece los zapatos más baratos, los chinos que huelen a petróleo y son feos como mentirle a tu madre, porque asume que no tendrías como pagar los más caros.

Eso, ya empecé a divagar, y no me puedo excusar en la fiebre porque ya no tengo. Les quería contar para que vean que en todo encontramos trabajo espiritual que hacer, no sólo meditando elegantemente con incienso y música new age. En la amigdalitis también está, sólo tienes que ser capaz de verlo. Un abrazo.

2 comentarios:

  1. Hola mi querida makita sin filtro solo el lenguaje del amorrrshhh me alegro estés recuperándote un abrazooo!!!

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    1. Jajajaja, no sé qué va a salir de una Maquita sin filtro, pero con amorsh, definitivamente. Un abrazo.

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