Una pregunta bien formulada, como mencioné antes aquí, es
fundamental para obtener una respuesta clara y precisa, que sea de utilidad
real para quien consulta y no sólo información vacía. Más allá de si el
tarotista utiliza método adivinatorio o terapéutico, permite ordenar la mente y
enfocarla en aquello que queremos saber, y con ello le da la posibilidad al
tarotista de comprender lo que el consultante necesita para brindarle un mejor
servicio.
Pero hoy iremos un poco más allá. Hay preguntas cuya
formulación es engañosa y delata, una necesidad de trasladar decisiones al
Tarot de forma directa o indirecta. Es comprensible que el mundo a veces
parezca aterrador, y que eso nos empuje a no querer dar pasos en falso que nos
hagan sufrir. Sin embargo, no podemos aprender si no nos equivocamos. Y el
Tarot (la inteligencia detrás de él) sabe eso, por lo que muchas veces al hacer
este tipo de preguntas recibirás una respuesta indirecta o una reprimenda. Las decisiones son nuestro trabajo.
Las preguntas que comienzan con “¿Debería…”
Es tu vida, sólo tú determinas lo que debes o no hacer, según tus propias
normas éticas, convicciones, ideales, deseos e impulsos; combinado con los resultados que pretendes obtener. Prueba preguntando ¿qué podría suceder si yo...?"
Las preguntas que comienzan con “¿Me conviene…?”
Para poder contestar esa pregunta correctamente
deberíamos saber si estamos hablando de tu deseo personal actual, o de lo que
respecta a tu experiencia de vida. Puede que algo salga muy mal ahora, pero que
te convenga pensando en el largo plazo, que sea una experiencia fundamental que
defina el resto de tu vida. Intenta preguntando "¿Será productivo para mi presente (o mi vida si prefieres considerar el largo plazo) si...?"
Las preguntas que incluyen “es bueno” o “es malo”.
En general es útil evitar juzgar las cosas como buenas o malas, ya que es un
concepto muy abstracto y variable de una persona a otra y de un momento a otro
de nuestras vidas. Intenta hablar de experiencias más fáciles o más difíciles
de enfrentar, experiencias agradables o desagradables, placenteras o dolorosas.
Si preguntas "¿Será una experiencia agradable si yo...?" te contestarán directamente si habrá sufrimiento y tú podrás decidir en consciencia.
Las preguntas abiertas sobre el futuro, con la expectativa de que en la lectura se muestre que pasará o vendrá algo desde fuera a solucionar tu situación. Quizá sea más productivo que preguntes directamente la mejor forma de enfrentarla y los recursos que tienes en relación al resultado que quieres obtener.
Como un niño nunca aprenderá a caminar si no suelta el borde de la mesa
corriendo el riesgo de caer al suelo, nuestro camino se va forjando por medio
de nuestros errores, también nuestra personalidad y nuestra vocación. Las
experiencias abren nuestros ojos a nuevas verdades y con ello, vamos hallando
senderos nuevos que no vimos antes porque no sabíamos cómo. Y así, construimos
nuestra felicidad, que no se trata de tener éxito en todo y nunca más sufrir,
sino de tener la convicción de hacer lo que debemos, la fortaleza de ser
quienes somos y la disposición de enfrentar la vida de una forma nutritiva. El
Tarot (la inteligencia detrás) siempre apuntará a eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario